Conozco el impacto de tener buenos y malos jefes. Lo pasé muy mal en algunos trabajos al ser subordinada de malos liderazgos y descubrí en la práctica, el tremendo impacto en mi desempeño profesional y calidad de vida, cuando tuve buenos líderes de jefaturas.
Esto también lo pude observar in situ, trabajando en áreas de Desarrollo de Personas y como Consultora en grandes empresas, ya que está demostrado que un buen clima laboral, impacta en un 70% en la productividad de las organizaciones y eso influye en un 30% en la rentabilidad de la compañía.
Es por esto que hoy me dedico a trabajar el Liderazgo en personas y organizaciones, ya que me cansé de ver el malestar que producen los malos líderes cuando ocultan información privilegiando a otros miembros del equipo; o cuando estás en reuniones y sientes que la pudiste haber dirigido mejor; cuando necesitas delegar algo asertivamente, pero no quieres parecer pesado, ser un mal jefe o parecer déspota.
Entiendo completamente esa sensación de querer crecer profesionalmente, porque te gusta trabajar, te gusta lo que haces, pero realmente te agota tener que dar explicaciones por errores o ineficiencias de tu equipo, o tener que negociar con otra área que sólo prioriza los temas relevantes para ellos sin velar por los objetivos de la compañía.